«¡Pero qué velocidad! ¿Esto qué es?» es lo que decimos todos los que estamos haciendo nuestros pinitos como inversores en criptodivisas y estamos pendientes de las ICO «Initial Coin Offering».
En un breve lapso de tiempo bitcoin pasó de $ 2200. a $ 1700, y el éther pasó de $ 203 a $ 150. Después, el éther pasó de $ 150 a $ 220, y el bitcoin subió $ 2400. Y ahora está a 6666 euros. Todo muy rápido.
No hace mucho, cuando salió al mercado el Token de atención básica (BAT) del nuevo navegador Brave, un error en la programación del contrato inteligente de la ICO la lió con el tope de admisión de compras de la ICO. Como consecuencia, en lugar de recaudar $ 25 millones terminaron recaudando $ 35 millones. En 30 segundos. Eso sí que fue rápido.
¿Que esta pasando?
Pues que está floreciendo un mercado de iniciativas de creación de empresas y proyectos de gente con talento que enriquece el ecosistema creado alrededor de las criptodivisas. Y, por cierto, también un mercado de fraude disfrazado de ICO que solo quiere llevarse nuestro dinero.
Hace menos de un año el éther era aproximadamente el 5 por ciento del mercado y todas las otras altcoins tenían otro 5 por ciento, en un contexto dominado por bitcoin. Ahora hemos llegado a que bitcoin supone el 50% de la actividad en torno a criptomonedas (incluyendo las ICO) y el otro 50 por ciento es ya un mercado de altcoins y tokens de ICOS. El valor total de todas las monedas y tokens se ha cuadruplicado. Todo muy rápido.
Las ballenas de Bitcoin se alimentan de tokens
Cualquier minero o inversor tempranero que apostó al principio por Bitcoin tiene ahora miles de bitcoins. Los llamamos ballenas y la mayoría son chinas. Estas «ballenas de bitcoin» son ahora muy ricas. Quieren reducir su exposición al bitcoin, pero no quieren convertirlos en moneda de curso legal porque perderían rentabilidad y tendrían que pagar impuestos. De hecho, lo que les gustaría hacer es sacar su dinero de China sin que el gobierno lo sepa. Así que están buscando altcoins, especialmente tokens representativos de valor.
¿Por qué? Porque si sale un token que probablemente suba en valor, será más seguro que tener toda su «patrimonio» en bitcoins. Los chinos están comprando cualquier token de salidas de empresas que tenga buena pinta y pueda incrementar valor.
Esperan de 3 a 9 meses con la expectativa de duplicar el valor de su inversión y pasar al siguiente token. Esto diversifica su cartera al tiempo que mantiene sus obligaciones tributarias y de notificación a las autoridades tributarias en el mínimo.
Por lo tanto, las ballenas están efectivamente absorbiendo tokens como si fuera plancton e impidiendo que los compradores naturales (los que apoyan el proyecto) compren tokens en la oferta inicial. Efectivamente tienen una pistola gigante cargada de efectivo. No hace mucho, una ballena pagó alrededor de $ 2,000 solo en comisiones de éther para confirmar su operación de 7 millones de dólares por cerciorarse de confirmar su operación con preferencia a las demás. Probablemente 1,000 veces más de lo que normalmente se paga en comisiones, para tener la certeza de ser de los primeros.
Si una ballena cierra la compra de tokens en un salida y fuerza la emisión de nuevos tokens, lo hace solo para tener cerrado el precio de bitcoin durante varios meses. A la ballena no le importa de qué va el proyecto, siempre que no tenga aspecto de fraude.
¿Hasta qué punto es malo? De momento, se puede decir que estos inversores no tienen ningún interés real en el proyecto. No hacen muchos deberes para valorarlo. Buscan comentarios y opiniones en redes sociales de inversores y aprietan el gatillo.
Pero se puede considerar que son entidades que respaldan la emisión, como los bancos de inversión en las salidas a bolsa, que se comprometen a adquirir lo que no haya absorbido el mercado. En cierta forma se convierten , a su vez en entidades colocadoras que redistribuyen los token (pensemos en ellos como si fueran acciones) a oros comparadores. Y la entidad que hizo la ICO consigue su objetivo de financiación.
La estrategia de estos inversores no contempla vender con pérdidas, por lo que durante el siguiente año o más ven como evoluciona el valor de sus tokens y los venden cuando han aumentado su valor.
En cierto modo, la excepción ha sido el caso de la ICO del navegador Brave, cuyos tokens ya estaban cambiando de manos a 4 veces su precio inicial pocas horas después del cierre de la ICO. Pero siempre es una apuesta en favor del crecimiento del valor.
En esa estrategia a largo plazo, tras unos meses, cuando el proyecto alcanza ciertos hitos descritos en su plan, el precio del token aumenta, y los compradores naturales de esa entidad acuden para respaldar el precio, y hacerse con unos token que todavía pueden subir más, con lo que se consolidan las ganancias para todos. Los primeros compradores asumen la mayor parte del riesgo, y los segundos compradores consolidan el valor del token al cabo del tiempo.
Pero como en todos los aspectos de la vida, hay especuladores que pueden intentar manipular el valor del token con diferentes intereses.
Y un mismo inversor puede especular al alza o a la baja. Al comprar todos los tokens el precio subirá. Y tras especular al alza comprando grande volúmenes el inversor empieza a vender, también con grandes volúmenes lo que crea presión a la baja que puede llevar a otros inversores a vender, y causando al final un colapso de valor del token. Sin que haya realmente un motivo para ello en el proyecto.
Afortunadamente, este enfoque es minoritario, contando con que a los inversores no les gusta perder dinero, de modo que solo si tienen problemas de liquidez en su cartera, venderán con pérdidas.
Por otro lado muchas ICO no alcanzan el límite previsto por sus promotores. De 158 ICO reconocidas, 118 no han completado la financiación. Más de la mitad no alcanza su máximo al cierre. Con lo que se puede concluir que los inversores están siendo selectivos. Claro que son noticias más significativas las relativas a las ventas rápidas.
En el contexto de la sostenibilidad de la valoración de los tokens a largo plazo, sin despreciar el efecto de los grandes compradores, tienen un papel definitivo los compradores naturales que van entrando y tomando posiciones conforme los primeros inversores van recogiendo beneficios.
Ya que las Criptoinversiones se están haciendo populares en los medios de comunicación, se empiezan a publicar las gráficas de evolución de los valores de las DAO y sus ICO, con enormes subidas y muchos inversores convencionales se plantean sumarse a esta fiebre del oro. De modo que fluyen inversores de diversas procedencias a este nuevo «eldorado» de la criptoeconomía a alimentar el frenesí comprador.
Hasta qué punto este afluencia crea un riesgo de burbuja no está del todo claro, ya que entre todos los inversores están los que aspiran a consolidar valores y permanecen estables con sus inversiones.
Los nuevos inversores tienen que lidiar con la fricción de aprender primero sobre criptodivisas como Bitcoin y Ether, hacerse con sus wallets correspondientes, encontrar los Exchanges mejores y mas baratos para convertir el dinero de curso legal en cibermonedas y después encontrar las plataformas de inversión y los pools de inversores (a veces hay que agruparse para competir con las ballenas).
La mayoría de las burbujas aparentes no son burbujas en este contexto. Cuando explotan, dejan víctimas en el proceso, pero luego los precios vuelven a subir y los que no se han puesto nerviosos recuperan el valor.
En este entorno de criptoeconomía tantos los especuladores como los inversores, una vez logran beneficios no suelen retornar a las monedas de curso legal
En todo caso la criptoeconomía está en sus inicios y hay mucho dinero convencional que observa atentamente lo que sucede, y que probablemente experimentará con el nuevo entorno, dando lugar a crecimientos llamativos por la mera demanda.
Hay incertidumbre con las noticias negativas que se publican en relación con los reguladores de diferentes países, pero con altibajos en las valoraciones, las tendencia subyacente es de crecimiento en Bitcoin, BitcoinCash, Ether, los tokens (de las ICO) y las altcoins (el resto de ciberdivisas). Seguiremos viendo crecimientos y correcciones.
El consejo general es no invertir en lo que no se entiende. Ni siquiera está claro como se debe producir la tributación. ¿Cual es la inversión, la ciberdivisa o el token? Hasta la fecha, las ganancias (o pérdidas) se producen al convertir dinero convencional en criptodivisas y al volver de las criptodivisas (y lo demás que se pueda hacer con ellas) al dinero convencional. ¿Y si solo convierto a dinero una pequeña parte y el resto sigue generando beneficios? (no me atrevo a llamarlo dividendos).
Para quienes quieran experimentar, la recomendación es que no inviertan en la criptoeconomía dinero que necesiten. Solo el dinero que estén dispuestos a perder. Con suerte, y análisis pueden llegar a ganar bastante dinero a medio plazo.