Tradicionalmente, la extendida costumbre norteamerica de sazonar las conversaciones de TLA (Three Letter Acronym) ha colonizado los entornos tecnológicos, de forma que algunas de las denominaciones han ido adquiriendo cierta notoriedad.
En este caso, la empresa española Safelayer ha acuñado el término ETI (Enterprise Trust Integration, aunque podría ser «Extra Terrestrial Intelligence») para presentar un enfoque de la gestión de la confianza y la seguridad en la empresa que forme parte de la «Arquitectura de Servicios Corporatiovs», de forma que la integración de los servicios de firma electrónica y gestión de identidad o de atribuciones no signifique un sobreesfuerzo por parte del despliegue de soluciones informáticas.
En el fondo, lo que está en juego es un modelo de gestión informática menos centrado en la transacción (aunque sin minimizar su importancia) y más centrado en el documento. En última instancia, con más capacidad de demostrar que una operación sustanciada electrónicamente ha tenido lugar.
En todo caso, es un signo de los tiempos en los que de verdad se empieza a reflexionar sobre la forma en que pueden convivir los documentos electrónicos y los documentos en papel.
