Es increible la cara dura que algunas personas tienen.
Por regla general, muchos hemos declinado solicitar patentes de ideas innovadoras que hemos tenido, pensando en lo costoso de su mantenimiento y en el bajo retorno que se prevé si para lograrlo se hace preciso litigar.
Sin embargo, algunas personas no se amedrentan y solicitan patentes de productos que ya existen en el mercado, no sé si por ignorancia sobre lo que existe, o por mala fe dando por supuesto el mal funcionamiento del sistema de patentes.
Aquí tenemos a un advenedizo que solicita la patente de un lector de tarjeta chip para ser utilizado en sistemas conectados a internet y desarrollar transacciones autenticadas y anónimas.
Algo que existe desde que existen las tarjetas chip, Internet, y las transacciones identificadas y anónimas.
Yo mismo inicié un proyecto con todos estos componentes cuando estaba en FESTE, con C3PO, ¡en 1998!

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